Es un antíguo fuerte medieval denominado Fortaleza Vella y formaba parte del sistema abaluartado de las murallas de la ciudad vieja. También fué conocida como fortaleza de San Carlos; de ahí el nombre del jardín.
En el XVII se alojó un polvorín, que explosionó en 1658 arruinando el contiguo monasterio franciscano situado extramuros, la capilla del Sancti Spiritus con su cementerio de peregrinos y una puerta de la propia muralla.
Esta vieja torre de San Carlos permanecerá arruinada durante el resto del Antiguo Régimen hasta que en 1834 será adecentada para alojar la cripta del Teniente General británico John Moore, trasladadodesde los piés del Malvecín[1], por orden del Gobernador Civíl Francisco Mazarredo. Curiosamente, este primitivo emplazamiento de la sepultura de Moore igualmente se llamaba baluarte de San Carlos.
Cuando las tropas francesas del Duque de Dalmacia Soult abandonaron A Coruña en el verano de 1809, el General Pedro Caro y Sureda[2], comandante del Ejército de la Izquierda o Ejército de Galicia, ordenó la conducción de la tumba de Moore desde el baluarte de San Carlos en el Malvecín hasta las ruinas de la fortaleza vieja. Poco después, será instalado en la posición central del Jardín de San Carlos que desde entonces ocupa, con un monumento financiado por las autoridades británicas. Finalmente en 1839 se incorpora sobra la cripta el cenotafio-tapa de granito a modo sarcófago.
El aspecto definitivo de este romántico lugar coruñés lo dará el gran alcalde Manuel Casás Fernández[3] y se colocará una placas recordando el naufragio del HMS Serpent en noviembre de 1890 frente a las costas de Camariñas que causó la muerte de 172 marinos, así como sendas planchas de mármol que adornan las jambas de un balcón-mirador sobre el cubo de la muralla de la fortaleza vieja del siglo XIII, y que recitarán para la eternidad los poemas de Thomas Wolfe «The burial of sir John Moore after Corunna» y de Rosalía «ante a tomba de John Moore». Precisamente, a través de los jardines se puede entrar en el Archivo del Reino de Galicia, donde era archivero Manuel Murguía[4].
[1] Hoy, rosaleda de los jardines Méndez Núñez, aproximadamente donde se encuentre el monumento a Linares Rivas.
[2] El Marqués de la Romana, mallorquín. Llamado por los coruñeses el «Marqués de romerías» por estar continuamente oculto en las montañas gallegas, asturianas y cántabras.
[3] Llamado «alcalde jardinero» dado que en su tiempo en el gobierno se adecentaron muchos espacios ajardinados en A Coruña.
[4] Aunque el Archivo en el período 1871-78 en que fué Murguía archivero estaba situado en la Audiencia Territorial de Galicia, también Capitanía General.