Ya antes de la terminación del frante catalán de la I Guerra Carlista, el héroe del momento, el general Baldomero Espartero, Príncipe de Vergara[1], la Espada de Luchana[2], Duque de la Victoria[3], había sido tentado por liberales y moderados para la entrada en política. Pronto serán conocidas sus preferencias exaltadas de carácter democráticas radicales, frente al general de la prefencia de los liberales moderados Narváez.
Espartero, nacido en 1793, era dos años más joven que Arbuthnot y también fué americanista; es decir, veterano de las guerras de independencia americanas. Arbuthnot en Venezuela y Nieva Granada, y Espartero en el Perú. Eran, pues, «ayacuchos»[4].
Espartero fué un general bonapartista, héroe de las clases más populares, pero legitimista defensor de la monarquía de Isabel II, a la que nunca traicionará. Sin embargo manipulará a partir del final de la guerra en 1840 para desplazar de la regencia a María Cristina y ejercer ésta y la tutela de la reina niña de manera absoluta. Así en septiembre de 1840 estalla el pronunciamento de Espartero, que pilló a María Cristina en Barcelona a donde se había desplazado con la reina para el tratamiento de unas eccemas. En Barcelona la regente fué menospreciada por el Capitán General de Cataluña Antonio Van Halen[5] y se traladó a Valencia donde recibió la notificación de la dimisión del gobierno moderado de Ferraz. María Cristina, en la más absoluta soledad, recibió el apoyo de hombres como el Secretario de la Reina Nicomedes Pastor Díaz o el general Diego de León, antes de exiliarse en Marsella.
Espartero en octubre de 1840 asume personalmente la Regencia del Reino y nombra aya de la reina niña a Juana de Vega, viuda del general Espoz y Mina desde diciembre de 1836
Pastor Díaz será encarcelado y el general Diego de León[6] fusilado después de haber participado en un alzamiento contra Espartero. La frialdad con la que Espartero rechazó peticiones de indulto y su bonapartismo pronto arruinó la fama de héroe que se había labrado en los campos de batalla y fuera de la política.
Y en esta situación se llegó al noviembre del año 1842 cuando estalla el Alzamiento de Barcelona. Una Junta de Vigilancia se sumará a una insurrección de carácter moderado que se había producido en Pamplona, y pronto acturá de manera unilateral teniendo a la Milicia Nacional[7] como brazo ejecutor. El capitán General de Cataluña Juan Van Halen disuelve la Junta y saca las tropas a las calles. Los alzados pedían la caída de Espartero, la celebración de unas cortes constituyentes y la defensa del proteccionismo económico frente al liberalismo negativo para la industria textil catalana. Espartero, la Espada de Luchana, el Napoleón de Granátula de Calatrava, no estaba dispuesto a hacer concesiones y se presentó personalmente en la Ciudad Condal, a la que ordenó bombardear durante 12 horas. En la represión de esta insurrección participó el Brigadier Arbuthnot con su regimiento América número 14 de Línea desde el 21 de noviembre hasta el 4 de diciembre.
[1] Premio otorgado por el famoso abrazo con el general carlista Maroto en diciembre del 1839. Este alto privilegio, sin embargo, será concedido por el rey democático Amadeo I de Saboya en 1872. Llevada aparejado el tratamiento de «Su Alteza Real». Título confirmado luego por Alfonso XII.
[2] Luchana supuso la ruptura del asedio que los carlistas sometían a Bilbao. Fué la gran victoria de la carrera de Espartero.
[3] Concedido después de la terminación de la guerra en 1840. Este título llevaba aparejada la Grandeza de España.
[4] Sobre todo Espartero. Con el apelativo de ayacuchos fueron conocidos los generales protagonistas en la vida política durante la etapa de Isabel II. Curiosamente, tanto Espartero como Arbuthnot no participaron en la determinate Batalla de Ayacucho.
[5] Que había combatido junto a Arbuthnot meses antes en Peracamps. Van Halen fué herido y fué sustituído como comandante de la II División de manera interina el Brigadier Arbuthnot a pesar de no ser éste Mariscal de Campo.
[6] Teniente General de Caballería, muy joven, cordobés, destacado por sus proezas con su escuadrón tanto en el frente norte como en Cataluña durante la I Guerra carlista. Pastor Díaz estaba fascinado por su personalidad y le escribió una biografía. Fusilado el 15 de octubre de 1841 vestido con su uniforme de gala de oficial de caballería. Dió personalmente al pelotón de ejecución las órdenes. «No temais, al corazón», dijo.
[7] Creada para la defensa de las políticas progresistas. La respuesta por parte de los moderados será la creación de la Guardia Civíl por Narváez en 1846.