Hijo del muy prestigioso abogado Luciano Puga y definido a sí mismo como pacífico ciudadano, conservador, Juez Municipal de Arteixo, pasajero de trasatlántico de primera clase, espadachín, fiscal, concejal, alcalde de A Coruña, juez eclesiástico, alcalde de nuevo y pacífico ciudadano de nuevo.
Alcalde, por lo tanto, en dos ocasiones de A Coruña: en la primera etapa desde el 13 de octubre al 31 de diciembre de 1915; y en la segunda desde el 5 de julio al 27 de agosto del conflictivo año de 1917.
Gran amante y conocedor de la gastronomía popular gallega, ejercerá de periodista con varios artículos publicados en El Noroeste. «Picadillo» será su pseudónimo.
Nos indica Picadillo en sus memorias que a los 8 años de edad pesaba 75 kilos. Un día visitó la ciudad un circo alemán cuya mayor atracción era el considerado ser humano más obeso del mundo. La gente salió desilusionada confesando que a don Manuel se le podía ver gratis por la calle.
Manuel Puga estudiará la carrera de Derecho en Santiago de Compostela, donde su padre fué alcalde, y en 1891 decidió ir a Cuba para acompañar a su padre que en aquel entonces era presidente del Banco de España en aquella provincia antillana de la Monarquía. En la isla caribeña Picadillo entrará en una controversia y decidirá batirse en duelo con su oponente, pero finalmente se decidió paralo debido a su avanzado peso.
Regresará a la Universidad Compostelana donde finalmente en 1895 leerá su tesis » Los privilegios del status nobiliario». Después del fallecimiento de don Luciano, su padre, Picadillo heredará las relaciones sociales y políticas de éste y abrirá en A Coruña uno de los más influyentes despachos de abogado del Foro gallego.
Pero Picadillo seguirá con su faceta periodística y publicista y en 1905 publicará el monumento de la gastronomía popular galaica «La cocina práctica», prologada ni más ni menos que por doña Emilia Pardo Bazán, su gran amiga e igualmente amante de la cocina con publicaciones sobre gastronomía gallega y española.
En «La cocina práctica», Picadillo publicará sus recetas, tales como el bacalao estílo Wenceslao y Picadillo, pues la clave del plato eran unas lonchas de bacalao delgadas como el gran Wenceslao Fernández Flórez; y unos tomates grandes y gordos como lo era nuestro don Manuel Puga. «Yo terminaré cortado en dos mitades, pero usted quedará desalado, querido amigo, lo que es mucho peor», termina diciendo Picadillo a don Wenceslao[1].
Otras estrellas del recetario puguiano son el lacón con grelos, con timing incluído, el cocido con garbanzos estilo carmelita, el caldo consumado o «consomé», o las filloas estilo Pérez da Augalada, frente a los «crepes» burgueses. Picadillo siempre será el azote de la «nouvelle cuisine» frente a las esencias de la cocina «de toda la vida».
Em 1913, Picadillo anuncia su entrada en la política en las hojas de El Noroeste con un artículo «Quiero ser alcalde» dirigido a las pescaderas del Mercado de Abastos, donde les dice «vosotras no podeis votar[2], pero teneis maridos, hijos…a ellos pedidles, hasta llegar a la zapatilla, que las cosas de alcoba nada tienen que ver con la ley electoral».
El primer día del año 1914, Picadillo inauguraba su etapa de concejal. En 1915 dimite el alcalde Javier Ozores Pedrosa y accederá a la alcaldía, aunque por un muy breve período de tiempo dado los cambios que se produjeron en el gobierno central.
En julio de 1917 accede al poder Eduardo Dato[3] y Picadillo será nombrado «a dedo» de nuevo alcalde, pero decidirá dimitir antes que tomar medidads represivas contra los obreros en las jornadas de la huelga del 13 de agosto de 1917[4].
Poco después, el 30 de septiembre de 1918 Picadillo cae enfermo de la «gripe»[5], tremendo mal que costará la vida a muchos europeos de su tiempo, y fallecerá ante la consternación de la ciudad. El traslado de su extraordinariamente gran cuerpo desde su residencia de la coruñesa Franja hasta la capilla de su pazo de Anzobre en Arteixo fué toda una odisea.
[1] Wenceslao Fernández Flórez, autor de la mítica novela «El bosque animado», y creador por lo tanto del fantasma Fiz Cotobelo, el guía de la Santa Compaña más famosa; alma en pena al que tenemos el honor de interpretar en nuestras visitas guiadas re-enactment del cementerio coruñés de San Amaro, incluído en el Itinerario Cultural Europeo y miembro de la ASCE.
[2] Las mujeres no tendrán derecho de voto hasta la II República.
[3] Eduardo Dato, siendo ya expresidente, inaugurará el monumento a Concepción Arenal óbra de Ricardo Gallego en los Jardines Méndez Núñez, muy poco antes de su asesinato en la Puerta de Alcalá.
[4] El movimiento obrero coruñés agradecerá este gesto de Picadillo, político conservador, al que se le dará un diploma donde rezaba «Las sociedades de obreros a Manuel Puga Parga».
[5] Otra víctima de la «gripe españoña» fué el muy prometedor pintor Germán Taibo, fallecido a temprana edad. La «gripe» no hizo distinciones entre jóvenes o viejos, o como se ve, entre gentes de vina sana u obesos.