Siempre nos llamó la atención el nicho de San Amaro del Celador Mayor de Puerto y Pesca[1] que reza «Caballero Laureado de San Fernando». Hoy conocemos la hazaña de Francisco Saleta en las frías aguas de Finisterre en las frías Navidades de 1913.
El cabo Francisco Rodríguez formaba parte de la tripulación de la corbeta «Nautilus» que transportaba a la tripulación del acorazado España, guardamarinas en instrucción; en total unos 470 hombres. La Nautilus fué el primer buque escuela de la Marina Española[2], adquirido y preparado por el muy célebre almirante Fernando Villaamil[3], famoso por haber completado la circunvalación de la Tierra en 1893 y muerto en la heroica y desastrosa salida de la flota del Almirante Cervera de la bahía de Santiago de Cuba en 1898 a bordo de su destructor.
Salió la Nautilus en las primeras horas del día 14 de diciembre de 1913 del puerto de Cádiz, de los «caños de la carraca» en singladura de instrucción a Ferrol llevando a bordo además del comandante del buque José Cervera y tripulación, a los marineros aprendices del acorazado «España». En total 470 hombres. En la tripulación de la Nautilus está el joven cabo de mar Francisco Rodríguez Saleta, natural de Corme.
Después de unos días de singladura, en la medianoche del 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, a la altura del Cabo San Vicente, un feroz temporal atrapó a la corbeta. La ira de los vientos comenzó a hacer zozobrar la embarcación, presa de las velas izadas en los palos.
A las ocho de la mañana, desoyendo las órdenes del comandante, el cabo Francisco Saleta decidió realizar una temeraria acción en medio de la desesperación. Subió hasta lo más alto del palo trinquete con un hacha de abordaje, un pasador pequeño y una navaja, en medió de los tremendos bandazos de la nave.
Después de picar los cabos y liberar las velas a la violencia del viento, Rodríguez Saleta pasó al palo mesana para realizar idéntica labor, donde será auxiliado por dos marineros que subieron al palo en su ayuda. Se trataba de Antonio Blanco[4] y Baltasar López[5]. Estos tres hombres conseguirán envergar el velamen salvando de este modo la crisis.
El día 29 de diciembre entraba la Nautilus a salvo en el puerto de Vigo.
Francisco Rodríguez Saleta, Antonio Blanco y Baltasar López fueron laureados con la Cruz de Primera Clase de la Real Orden Militar de San Fernando.
Rodríguez Saleta, el héroe principal de la jornada del 24 de diciembre de 1913 será recompensado con la condición de Caballero de Primera Clase de la Orden de San Fernando mediante Decreto de Alfonso XIII dado en palacio el seis de noviembre de 1916 por su «distinguido comportamiento realizando con inminente riesgo de su vida la degolladura de unas velas que comprometían la estabilidad del barco por causa del temporal»; y ejercerá como agente de policía marítima en el puerto de A Coruña.
Este Caballero laureado y héroe fallecerá el 3 de mayo de 1949 a los 58 años de edad, tal como reza su nicho de San Amaro.
[1] Legislado en la Ley 31/1964 de 28 de abríl, que asigna a estos suboficiales de la Armada las funciones de vigilancia y policía en los puertos, bajo las órdenes de Comandantes y Ayudantes de Marina.
[2] Viejo barco tipo cliper escocés fabricado en 1866 y reclasificado como corbeta, finalmente desguazado en A Graña de Ferrol en los años treinta.
[3] Natural de Castropol, en la Ría de Ribadeo, donde tiene un buen monumento en la melancólica y preciosa alameda de la villa.
[4] Natural de Xubia (Narón).
[5] Natural de Mañón. Ejercerá en su tierra después de servir en la Nautilus como Ordenanza del Semáforo de la Estaca de Bares, hoy reconvertido en Hotel de Naturaleza.