Señor, vuesa grandeza real et imperial pisa una villa que le es moi leal et fiel, como puerto et una de las llaves de aqueste reino de Galicia. Et Vos et los reyes et reinas antecesores vuestros que os preçedieron en vuestro trono honraron a aquesta villa con muytas grandeças et honras, pero Vos sois un preçiado bien para esta villa. Pues cuando el infortunio y mal fado cebaronse con esta desdichada villa de la guisa de grandes llamas como asemejandose a las de los infiernos, durante el gran fuego habido entre nos el pasado año de 1545 de Nuestro Señor, Vuestra católica magestad apiadóse de su villa y otorgó el gran bien del perdón de la alcabala y los millones que han de ser pagos a la Hacienda de la Monarquía para todo tiempo jamás mientras duraren los trabajos de sanación de dichos males, pues gran parte de la çerca, casas principales et rúas fincaron estropeadas y pasto de las llamas.
Et la dicha villa de Vivero os honró derribando el viejo postigo del puente, que amenazaba ruína, y os dedicó una Gran Puerta erguida por el maestro de óbras a itálico modo, como la Bisagra toledana de su magestad católica, siendo vuestro Corregidor el Licenciado varón Carasa de Tordesillas. Esa será, en vuestro honor, Señor, a partir de agora el antemural, guardia y Gran Puerta de la Villa.
Os resçibe, Señor, una villa de grandeza en la Historia, siempre fiel, y Guardia de vuestro cristianísimo reino de Galicia. Atrás quedaron las turbulencias, ofensas a los ojos de Dios Nuestro Señor, con los señores obispos de Mondoñedo, que reclamaban injustamente la jurisdicción de aquesta villa que nunca fué su deseo y jamás reconoció otro señor que a su Católica Magestad real et imperial et a los reyes et reinas antecesores vuestros, que en la Paz del Señor viven. Una villa fiel, Señor, que renueva ante Vos los ruegos que el Concejo de manera reiterada a ofrescido ultimamente el Licenciado Pedro Fernández de Orol a vuestros corregidores, Capitán General y Junta General del Reino de Galicia de que se conceda a la villa y jurisdicción la naturaleza de Provincia del Reino, como es de justicia atendiendo a los méritos et importancia del comercio et tráfico de aquesta Guarda del Reino.
Concedednos, Señor, la gracia y don a aquesta villa de ser la Séptima Provincia de vuestro cristinísimo Reino de Galicia.
Sois rescebido, Señor, en la Plaza de la villa, ante el Corregidor, señores oficiales del Concejo, procuradores de los cuatro linages de la villa, clero presidido por los párrocos del Señor Santiago y Nuestra Señora, señores abad y guardián de los freires dominicos et franciscos extramuros de la villa, capitán de la milicia del Concejo, alguaciles, hombres de armas y pueblo de la villa. Sois reconocido como señor nuestro y como tal llegais hasta las casas reales de la villa. La villa habla por boca de aqueste humilde Procurador General de la Villa, capitán de infantería Juan Ares Viçoso, moi humilde servidor de vuestra católica magestad real et imperial, que aqueste año ejerce oficio por ser turno de mi linage viejo Viçoso, que junto a los Galos, Alfeiranes y Coras se suceden desde tiempo inmemorial.
Vivarienses, vivarienses, vivarienses! Gritad junto a vuestro Corregidor! El Reino de Galicia y Vivero, Vivero, Vivero, por Carlos I Nuest