En 1836 el ejército carlista realizará acciones audaces con el objeto de llevar la guerra a otras partes de la Monarquía. Acciones que tendrán un éxito parcial, sobre todo propagandístico, como la famosa Expedición de Gómez[1] desde la Navidad del 35 hasta hasta junio de 1837 que hace practicamenta la vuelta a España sin poder ser neutralizado por el Ejército cristino[2]. Sin embargo, el objetivo final de estas acciones de abrir nuevos frentes fracasará.
En 1836 también es el año del reafirmamiento del carácter exaltado del gobierno liberal de María Cristina, con la subida al poder de Calatrava[3] y a los partidarios del restablecimiento de la Constitución gaditana, tras el «Motín de la Granja», el 12 de agosto de 1836.
En mayo de 1836 encontramos a nuestro coronel Arbuthnot sirviendo en su regimiento ligero[4] de Aragón en la salida de San Sebastian. La ciudad estaba sitiada por las tropas carlistas del general Sagastibeltza, que frente a la opinión conservadora del Alto Mando decidió desatar una temeraria ofensiva contra la ciudad defendida por 1500 liberales y casi 5000 legionarios británicos del irlandés Lacy Evans[5] y por los cañones de las fragatas «Phoenix» y «Salamander». En una de las cargas, Sagastibeltza recibe un disparo en la cabeza y muere. Otra impostante pérdida para los carlistas, que se retiran hacia Oriamendi.
El coronel Arbuthnot abandona San Sebastián el 28 de mayo participando en diversas acciones en el resto de 1836 como Fuenterrabía.
La bolsa de San Sebastián será rota un año después de la ofensiva de Sagastibeltza, aprovechando la Expedición Real[6], con la toma de Hernani, donde Arbuthnot obtiene la Cruz de 1ª Clase de San Fernando. Meses antes, se había producido el desastre cristino en Oriamendi, donde las tropas gubernamentales pretendían dar un golpe mortal a los carlistas con la toma del Cuartel Real carlista en un movimiento tenaza entre los British desde San Sebastián, Espartero desde Bilbao y Sarsfield desde Pamplona. El infante carlista don Sebastián llegará a tiempo a Oriamendi para destrozar a la Legión Británica[7].
Después del fín del saco de San Sebastián, Lacy y el general nacional Espartero se dispusieron a controlar la faja costera guipuzcoana que comunica Donostia con la frontera francesa. Es ese contexto está la toma de Hernani donde tiene una destacada actuación el coronel Arbuthnot.
Espartero sitúa su cuartel en esta última localidad, controlando el avance de las tropas nacionales, mientras que los carlistas deciden realizar una resistencia en Irún, donde fortificarán un fuerte y la propia casa consitorial.
El 16 de mayo de 1837 la artillería británica abre fuego contra Irún, pero no es lo suficientemente potente, de tal manera que las tropas cristinas se verán obligadas a un sangriento cuerpo a cuerpo y de casa a casa pagando un muy alto coste en bajas ante la obstinada resistencia carlista. Arbuthnot toma parte en estas jornadas de Irún, tomada el 17 de mayo, y su actitud al frente de sus hombres vuelve a ser notable. En Irún gana la Cruz de Primera Clase de San Fernando.
En septiembre de 1837 la Expedición Real se halla en su culmen y a las puertas de la Villa y Corte de Madrid. Por esa razón el general O´Donnell decide pasar a la acción y penetra en los dominios carlistas, de nuevo hasta Hernani en el interland de San Sebastián, casi siempre cercada. Los carlistas se fortifican en Andoain y O´Donnell los persigue incendiando todos los caseríos que se encuentra en el camino ejerciendo la política de tierra quemada. Entre el 8 y 14 de septiembre se enfrentarán a los carlistas mucho mejor adaptados al terreno y sobre todo al paisanaje. El coronel Arbuthnot está presente y se retira a San Sebastián junto a su comandante O´Donnell salvando la vida de milagro.
1938 será el último de Arbuthnot en el frente vasco, donde participa en las expediciones nacionales sobre Lasarte y Urbieta. En septiembre pasa al Regimiento América número 14 de línea con el cuél combatirá en el segundo gran frente de la guerra civíl: Cataluña.
De este modo, el coronel Arbuthnot participa en noviembre de 1839 en las acciones de las altural de Peracamps. Desde el Abrazo de Vergara del 31 de agosto el frente vasco había sido suprimido y los últimos episodios de la guerra civíl se dirimían en las montañas del interior de Cataluña, Aragón y el Maestrazgo.
Desde Lleida las tropas nacionales del general Valdés trataban de abrirse camino hasta Solsona con el fín de romper el cerco carlista y avituallar a la población. Los días 14, 15 y 16 de noviembre el Ejército isabelino toma los altos de Perecamps resultando Arbuthnot herido de bala de fusíl en el muslo derecho. Por su distinguido comportamiento, es ascendido al generalato, a Brigadier.
Ya en 1840 el general de brigada Arbuthnot al mando de la 1ª Brigada de la 1ª División del Ejército de cataluña concurre a la exitosa Batalla de Peracamps del 24 de abríl, que será esta vez más decisoria que en los previos enfrentamientos. En esta acción el Mariscal de Campo Antonio Van Halen, hombre de confianza de Espartero, será herido y Arbuthnot pasará de manera interina a ser el comandante de la II División del Ejército de Cataluña. Por su actuación en esta acción ganará la Cruz de 3ª Clase de San Fernando, y permanecerá en operaciones hasta la terminación de la guerra.
El gran héroe de la guerra es sin duda en este momento el Capitán General Baldomero Espartero, la «Espada de Luchana», al que idolatran sobre todo las clases bajas y las masas de campesinos. En septiempre de 1840 entra en Madrid como los césares después de una campaña con éxito. Un poco más adelante, será también regente del reino, y nombrará a nuestra Juana de Vega, viuda de Espoz y Mina desde diciembre de 1836, aya de la reina niña, aunque cada vez menos niña, Isabel II.
[1] Gómez es el homrbre del momento. Hasta Larra se pregunta en su narración «Noche de Difuntos de 1836» si Gómez era el responsable también de la erradicación de los zaguanes de Madrid.
[2] El general Gómez salió de Vizcaya con 3000 hombres y recorre Cantabria, Asturias y entra en Galicia, desfilando en la mismísima Plaza del Hospital, hoy del Obradoiro. A continuación cruza Castilla hasta Albacete donde se le junta Cabrera en septiembre del 36. Este ejército continúa si avance por Córdoba, Cádiz, girará a la derecha hacia Extremadura hasta Cáceres, regresando de nuevo a Córdoba, dirigiéndose finalmente al Norte, a Vizcaya, de donde habían partido casi dos años antes.
[3] En mayo María Cristina había cesado al gobierno de Mendizábal, que había ido demasiado lejos con su política desamortizadora y antieclesiástica, y llamará al poder a Istúriz. Sin embargo, Espartero y sus partidarios darán un pronto golpe en la Granja que obligará a la Regente a seguir con políticas exaltadas con el gabinete de Calatrava.
[4] Los regimientos de infantería ligeros son conocidos con el nombre de «cazadores» y llevan una corneta como distintivo.
[5] Héroe de guerra. Irlandés al servicio de las armas británicas en la península contra Napoleón. Terminó con el grado de Capitán las guerras napoleónicas. A Continuación participó en las colonias americanas, Waterlooo, en la Guerra Carlista liderando a la Legión Británica desde junio del 35, en la Guerra de Crimea en la mítica Batalla de Alma. Irlandés valiente que llegará a perder dos caballos en el campo del honor de Waterloo. Será recompensado con el título de Sir.
[6] Esta Expedición Real llevó al grueso del ejército carlista liderado por el Infante don Sebastián con el mismísimo Pretendiente a las puertas de Madrid, donde debía desposarse con la futura Isabel II, pero el proyecto fracasó a última hora
[7] Revés de Lacy Evans, que será mut cuestinado en Londres al ser tomado Oriamendi como un desprestigio del Imperio Británico.